Tortuguillos al mar en Isla de Margarita
La comunidad de las playas junto a las autoridades del MinAmb siembran cultura ambiental e impulsan el turismo ecológico a través del cuido y liberación de tortuguillos
Por: Marcial Barrios
Eran las 6 de la tarde y caía el sol en la exuberante playa
El Agua en la costa norte de la Isla de Margarita, cuando en una conversación entre
lugareños y turistas nacionales e internacionales hablábamos de los nidos de tortuga
Cardón que desde hace un par de años se protegen por los habitantes de la costa
de varias playas como: Parguito, El Agua, Puerto Cruz, y otras más.
La hija del dueño de uno de los kioscos de playa nos comento
que había visto como las tortuguitas salen de la arena poco a poco en grandes cantidades,
y en medio del relato alguien comentó: ¡Allá están saliendo las tortugas de un
nido!…
Todos los presentes incluyendo a mi madre, salimos corriendo
a ver qué estaba pasando, cuando llegamos un gran alboroto se veía en uno de
los nidos protegidos por una cerca plástica y una cinta amarilla que decía no
pase peligro, nido de tortuga.
Los presentes nos arremolinamos en el nido de tortuga mientras los expertos hacían su trabajo ayudando a los tortuguillos a salir de su nido luego que eclosionaron sus huevos y por primera vez veían la luz solar.
El jefe del programa de cuido de los nidos de tortuga el
señor Luis Bermúdez, como biólogo marino y representante del Ministerio del
Ambiente nos explicó que era sumamente importante este momento para las tortugas ya que ellas debían
marcar las coordenadas donde nacieron para luego de unas 3 décadas regresar a
esta misma costa a desovar sus huevos. Le pregunte que cómo era posible que una
tortuga recordara regresar al lugar donde nacio, y me explicó que tenía que ver
con unos cristales de magnetita que se encuentran en sus cerebros y que de
alguna manera actúan para fijar un rumbo dentro de ellas.
Ya la noche abrazaba la costa, cuando se anuncio al público
presente que serían ayudantes de la entrega de cada una de las tortugas al mar,
todos emocionados y mi pequeña hija Marcela de 3 años feliz por poder
participar tomó junto a mi esposa un tortuguillo y luego de bautizarla “amor”
se colocó en la arena a unos 3 metros del agua.
La recién nacida comenzó su aleteo por la arena de playa El
Agua rumbo al mar como si supiese instintivamente que allí la esperaba el
futuro, luego de unos minutos aleteando fuertemente en la arena logró llegar a
las espumas del mar Caribe, ese inmenso mar que la recibió con sus cálidas
aguas, quedando el misterio de una existencia por venir. Al entrar al agua uno
de los expertos que se aprendió los nombres que el público les puso a los tortuguillos
dijo; ¡allá va amor entrando al mar! Mi hija comenzó a llorar porque no quería que
se fuese la tortuguita y le explicamos que ella vivía en el mar y supuestamente
su gran madre la esperaba, después de esta explicación se calmó pero igual
miraba al mar con nostalgia.
Todos los niños y adultos presentes pudimos formar parte del
espectáculo y con gran entusiasmo siguieron muy de cerca a cada una de los
tortuguillos que se adentraban en la vida.
El señor Luis, brevemente me comentó que “hemos entregado al
mar 52 pequeños tortuguillos hoy, el año pasado (2012) logramos entregar más de 700 en todo el año, este
(2013) a han desovado mas tortugas en las costas pero no han llegado al mismo número
de tortuguillos, sin embargo espero que se llegue a una buena cantidad de
ejemplares también”.
Luego el Sr. Luis desaprecio entre las sombras y a lo lejos
se vio pasar entre el contraluz de las palmeras su silueta dejando el rastro de
aquellos hombres y mujeres que imprimen una huella en la vida con su ejemplo.
Un grito rompió la tranquilidad cuando una gaviota atacó uno
de los tortuguillos que aun quedaban entrando al mar, el experto salió corriendo
tras el ave pero no pudo lograr que soltara al tortuguillo, siendo víctima de
uno de los depredadores más feroces de estos animales.
Así nos despedimos de este breve viaje a Margarita uno de
los paraísos tropicales más hermosos que he conocido y sigo visitando desde que
era niño. He conocido las costas de Tailandia, India, Indonesia, Panamá, Argentina,
Curazao, Sicilia, Turquía, etc. Y aun quedo fascinado por la hermosura que
brinda la extensa biodiversidad que se encuentra fuera y dentro del mar en
Margarita, Venezuela.
Nota:
La tortuga Cardón (Dermochelys coriácea) es un quelonio que
puede llegar a pesar más de 600 kilos en su edad adulta lamentablemente por la depredación
del ser humano esta especie junto a otras de las costas venezolanas se
encuentran en peligro de extinción por tal motivo el MinAmb y la comunidad han
comenzado una lucha por preservar tan valioso tesoro de la naturaleza. No solo
es el cuido de los nidos sino también las persecución a aquellas personas
enemigas del ambiente que tratan de tomar los huevos de las tortugas para luego
venderlos como plato exótico o como
elixir afrodisiaco para aquellas personas ignorantes del daño que se le
hace a la biodiversidad.
El logro que se está dando en con el cuido de la Tortuga Cardón
es un ejemplo que en Venezuela debemos trabajar por la naturaleza sin buscar
hacer show de estas acciones, la comunidad se siente feliz de participar. Felicitamos
desde el Comunicador Ambiental a todos los participantes de esta labor, El Programa
de Protección de Tortugas Marinas, a la comunidad de las playas y los organismos
de seguridad que aportan su ayuda para atrapar a aquellos que intentan violar
las leyes de protección animal.
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