PLANTAS con capacidad protectora frente a la RADIACIÓN NUCLEAR



Protegerse de la radiación ionizante por medio de plantas Los sistemas de aire acondicionado en caso de una contaminación externa frecuentemente mantienen la concentración más alta de contaminantes en los interiores

José Luis Rodero Jurado
NATURÓPATA


El pánico de contaminación por la radiación a partir del accidente en Fukushima disparó la venta de yoduro de potasio en el mundo, sustancia usada alopáticamente para protegerse de cáncer de tiroides a causa de cierto tipo de radiación. Pero la radiación contiene comúnmente radionúclidos que pueden afectar otros órganos contra cuales el yoduro de potasio es inefectivo. Es decir, frente a las actuales amenazas la automedicación con yoduro de potasio es poco útil y en caso de sobredosis puede provocar importantes síntomas secundarios. Sin embargo existe una larga lista de plantas con sustancias radioprotectoras que pueden defender a los organismos vivos con mayor efectividad contra la radiación. Explosión de la planta nuclear de Fukushima Los radioprotectores son sustancias que reducen la toxicidad, mutagenicidad y otros efectos adversos de las radiaciones ionizantes en los organismos vivos. Las plantas que contienen bioflavonoides figuran entre las más efectivas. La vitamina C juega también un rol importante, no solo protege a los tejidos contra los daños de la radiación, sino que también ayuda a reparar los tejidos ya dañados; en conjunción con los flavonoides su función se prolonga por más tiempo. El extracto de uva es una conocida fuente de radioprotectores. Lentinum edodes (Shiitake), Ganoderma lucidum y otros hongos, principalmente descomponedores de madera, tienen una capacidad protectora, pero deben ser recolectados antes del evento radioactivo debido a que pueden acumular las sustancias radioactivas. Ganoderma lucidum De hecho, posterior a la explosión en Chernóbil en el verano de 1986 en Europa central hubo una extraordinaria cosecha de hongos silvestres (todos ellos contaminados). Las algas marinas también contienen gran cantidad de radioprotectores, pero en las condiciones actuales están contaminadas y no es recomendable usarlas como comida o base de un remedio medicinal. Podophyllum hexandrum es una de las plantas con habilidad radioprotectora determinada por su capacidad antioxidante, protección al ADN, así como actividad quelante de iones metálicos y reducción de la peroxidación lipídica. Aceite vegetal virgen-extra (extraído en frío sin químicos) también es radioprotector. Elytrigia repens. Inositol que se encuentra en 15 000 partes por millón en Elytrigia repens, un pasto muy común en Europa, es un importante radioprotector. Capsella bursa-pastoris (Bolsa de pastor) En contexto americano puede conseguirse el extracto de Capsella bursa-pastoris, una “mala hierba” también muy común. Contiene hasta 300 ppm de Inositol y además otras dos sustancias radioprotectoras adicionales. La Quercitina contenida en la cáscara de encina es reportado también como radioprotector. Ajo y cebolla contienen cisteína sustancia que tiene la capacidad de inutilizar sustancias radioactivas. Papaína contenida en el fruto de papaya aumenta hasta 50% la sobrevivencia de ratas de prueba expuestas a niveles mortales de radiación. Amaranthus paniculatus Amaranthus paniculatus conocido como amaranto contiene Niacina, Tirosina y Rutina (un importante cito- y radioprotector). La administración oral del extracto de amaranto 15 días previos a la irradiación, reduce la mortalidad y protege el sistema hematopoyético. Esta fue una de las razones de elegir al amaranto como parte de la dieta de los astronautas, ya que los viajeros cósmicos son expuestos habitualmente a altos niveles de radiación. La radiación tiene numerosos efectos en los organismos vivos, dependiendo de su intensidad y del tiempo de exposición causa importantes daños. Daños y Efectos sobre la salud: Físico: inicial Ionización y excitación Químico: Creación de radicales libres y moléculas excitadas que producen sustancias dañinas Biomolecular: Daño en proteínas, ácidos nucleicos, membranas celulares, núcleos celulares etc. Biológico: Muerte de células, aceleramiento o retraso en la división celular; Modificaciones permanentes en células que pueden transmitirse a otras células, acortar la vida del organismo o causar la muerte. En el organismo humano la radiación produce un conocido conjunto de sintomatologías: Malestar general, pérdida de peso, náuseas, vómitos, diarrea, sudoración, fiebre, dolor de cabeza, sangrado y complicaciones que afectan al sistema digestivo, sistema nervioso, corazón y pulmones. Enfermedades del sistema nervioso central Disfunciones de riñón, hígado o problemas gastrointestinales Falta de crecimiento en los niños Afecciones de la piel La inflamación del pericardio Las infecciones pulmonares o de las condiciones de insuficiencia respiratoria La disfunción de los órganos reproductivos Cáncer Los sistemas de aire acondicionado en caso de una contaminación externa frecuentemente mantienen la concentración más alta de contaminantes en los interiores. Por esta razón es recomendable disminuir su uso en época de riesgo toxicológico. Algunas plantas como Palma areca, Aloe vera o Sanseviera trifasciata tienen la capacidad de disminuir la contaminación de los interiores. Es recomendable su colocación en áreas de trabajo y en casa. ¿Quiénes deberían protegerse de los efectos de la radiación? Principalmente deben protegerse las personas mayores, niños, mujeres embarazadas, personas con el sistema inmunitario comprometido o debilitado, y desde luego los viajeros frecuentes en avión, ya que estos se exponen a la radiación cósmica fuera de la capa protectora de la atmósfera. Como personas en riesgo se consideran también los trabajadores de plantas nucleares y a habitantes cercanos a ellas, manipuladores de rayos X y otros aparatos médicos que utilizan algún tipo de radiación. Siguiendo sencillas reglas podemos protegernos de la radiación ya sea producto de actividad del hombre o proveniente del cosmos. Consumir alimentación compuesta de 70% de fruta y verdura cruda y 30% de alimentos cocidos o guisados. Consumir frutas y verduras de temporada, producidas en su región y con preferencia orgánicas. No fumar. No consumir productos del mar en épocas de emergencia toxicológica. No permanecer largos períodos al aire libre. Protegerse de cualquier lluvia (Alto riesgo de contaminación de la lluvia). Mantener plantas vivas descontaminantes dentro de su domicilio y oficina, y limitar el uso de aire acondicionado. Complementar la dieta con extractos útiles y complementos dietéticos adecuados, siempre supervisado por un asesor de Salud o especialista en herbolaria. José Luis Rodero Jurado NATURÓPATA

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