La paz nace en el interior del ser
Por:Marcial Barrios
Algunos piensan que la paz se construye haciendo grupos
políticos, otros piensan que se logra después de una confrontación, algunos
piensan que la paz se construye ampliando el espectro de ayudas y subsidios.
Así sucesivamente las ideas fluyen en diversas estrategias sociales que en
algún momento se espera den un resultado.
La paz se fundamenta en el equilibrio físico y mental, por
supuesto no debemos dejar de lado el equilibrio espiritual que nos lleva a la
conexión con la tierra, sus elementos y la naturaleza que se nutre de la fuerza
cósmica.
Si buscamos la paz en “modelos” sociales, nos conseguimos
con una trampa que nos aleja de la paz interior, el contacto con nuestro ser
espiritual es fundamental para emprender el camino de la paz y la
reconciliación con nosotros mismos.
Si partimos del principio de que somos seres mortales y
efímeros en nuestra existencia, si con humildad comprendemos que estamos
transitando un breve momento de la historia y entendemos que este momento es un
regalo de Dios y de la vida.
Ahora, ¿por qué la gente se empeña en luchar hasta la muerte
por un ideal? ¿Es acaso un acto de justicia? O ¿es un momento en el que el
deseo de nuestro pensamiento egoísta nos domina?
Buda decía que la base de todos nuestros sufrimientos es querer.
Analizar la base del conflicto puede tener varias aristas
por ejemplo citando a la Biblia Proverbios 29:2
Cuando los justos gobiernan, el pueblo se alegra. Pero cuando los perversos
están en el poder, el pueblo gime.
Estos días cuando van más de 30 muertos en confrontación por
manifestar, 1600 detenidos y desaparecidos. Entendemos que será difícil que
Venezuela transite por la paz más allá de los sepulcros.
Es indispensable que el respeto a los derechos fundamentales
se mantengan en equilibrio para que un país se mantenga en paz, de lo contrario
cada mente toma su lugar y por ende su bando, que no traerá más que conflictos.
Miremos dentro de nuestra venezolanidad y crezcamos en
fuerza espiritual más allá del materialismo.
Comentarios