LOS FRAILES UN PARAÍSO SUBMARINO
Los Frailes hace de la isla de Margarita uno de los atractivos turísticos mejor conservados del Estado Nueva Esparta.
Estudiante de Periodismo UNICA
Marcial Barrios
Cuando en Madrid mis amigos españoles, Maria del Mar y David, me dijeron que querían bucear en Venezuela, se me vino a la mente, aquellos islotes que desde niño había querido conocer, frente a las costas de las playas; El Tirano, Parguito y El agua. Al norte de la isla de margarita.
En un abrir y cerrar de ojos, el tiempo pasó y mis invitados llegaron a la isla, para partir rumbo a estos islotes llamados “Los Frailes”.
Fue en el peñero “Calipso” donde nos embarcamos desde Puerto Fermín, también conocido como, Playa El Tirano, en un fascinante viaje de unos treinta minutos, acompañados por; peces voladores y otros muy finos que saltaban alegremente por las suaves olas, tomando un poco del azul del mar en sus plateados cuerpos.
La atención dentro de la embarcación de Don Víctor, fue excelente y por alguna razón del destino, nos eligieron a los tres, para acompañar a un pescador, en la búsqueda submarina de ostras, mientras que el resto del los turistas (Ingleses, Brasileros e italianos) siguieron a una ensenada mas tranquila.
Al sumergirnos en el mar con los equipos de snorkeling (buceo ligero) entramos en el maravilloso mundo acuático margariteño.
Súbitamente, un carnaval de colores invadió nuestro sentido de la vista, con engalanados peces, algas e intimidantes erizos negros de largas y afiladas púas, como agujas del tamaño de un lápiz.
Mientras cosechábamos las ostras, un curioso pez globo se cruzo por nuestras narices, como sino estuviésemos allí. Luego un grupo de barracudas, esas que tienen la mandíbula parecida a un perro, nos observaban con su característica curiosidad. Y en el ambiente subacuático, se escuchaba los leves chasquidos de la inmensidad de corales que existen, como prueba fehaciente de un mar limpio con aguas cristalinas.
Estrellas de mar, pulpos y langostas fueron la atracción de la segunda zambullida, luego de haber almorzado un delicioso pescado acompañado con ostras recién cosechadas, cocidos a la braza con un toque de mantequilla y limón, un plato típico de la zona, que sin duda, invade al paladar de un gusto a buena vida.
Al caer la tarde, nos dirigimos a la última ensenada, donde se podía alimentar a los peces con pequeños pedazos de los restos del almuerzo. Tomando un trozo de comida, los peces se acercaban a mordisquear y en un breve instante devoraban cuanto se les ofrecía, rodeando la mano y el cuerpo de quienes los alimentaban. Sin duda era un espectáculo increíble para los niños ingleses que se encontraban en ese momento, en una realidad que se acerca más a un sublime sueño.
De regreso en el peñero, la sensación de ver este magnifico paisaje, reafirma la idea que hay que ayudar a conservar la vida en el planeta tierra, lo mas limpio y sano, para que los que vienen atrás, también puedan vivir la experiencia de la pura felicidad.
Dato curioso:
Puerto Fermín, es un lugar de gran belleza donde es recomendable probar el “cruzado de mariscos” en el Restaurante “Dorina”. Le debe el nombre de El Tirano, al hecho de haber sido el lugar por dónde desembarcó Lope de Aguirre cuando invadió y arrasó a Margarita en el año de 1561.
Comentarios