LA LICUACIÓN DE LOS HIELOS
Escribe RODOLFO LEIRO
No lo ignoraba, pero acaso, la noticia aparecida en el diario “Clarín” del día de la fecha, vulnera mi pecho de poeta, me dice con elocuencia indiscutible que han sido nulos todos los artículos de un pequeño poeta desde 1992 a la fecha, es decir, desde la Cumbre de Río y que el panorama futuro, especialmente para Argentina, asume proporciones que superan lo que podría denominarse honda preocupación.
Nuestro glaciar “Ameghino” se ha reducido en 35 metros en los últimos 10 años.
Si comparamos la fotografía tomada sobre el mismo glaciar en 1931, se advierte claramente que hemos perdido ya la escalofriante cifra de 3 kilómetros.
Ya no alcanzo a estimar si estamos en condiciones de revertir el aumento de la temperatura, pero ARGENTINA, por la reserva de agua potable, debería tomar, ¡ya!, considerando que las grandes potencias solo se ocupan del petróleo, el oro negro que serán monedas para hoy y desastre incontrolable para el mañana, las medidas indispensables más urgentes.
Este poeta, quizás de casi fundamental ignorancia, carece de vocablos tecnológicos no solo para alertar sino para exigir.
No obstante, hay algunas medidas que serían indispensables, especialmente en Argentina y en todo el mundo, en el sentido de ponerse a trabajar sin dilaciones en diversos aspectos que pueden al menos atenuar los avances de la temperatura del medio ambiente.
En el concepto de este poeta que ya transitando el año 90 de su suerte, mantiene no obstante su devoción, su cariño por nuestra Pachamama, podrían adoptarse, ¡sin dilaciones!, fuera de otros medidas que conocerán los grandes estudiosos en la materia, algunas que consigno a continuación como principio himental para la defensa del Planeta:
• Reforestación. Por cada árbol que se arranque deben plantarse dos.
• Utilización de paneles solares para generar energía, fácilmente alcanzables, si consideramos los adelantos de Alemania en tal sentido.
• Implementación rápida de la energía eólica, absolutamente alcanzable. Algunos pequeños pueblos de Argentina lo han intentado con éxito realmente sugestivo, aunque no se da a conocer con la imperiosa necesidad de hacerlo que tenemos.
• La producción en masa del gasoil vegetal, que, desde su elaboración en argentina, ha quedado una pequeña fabriquita, quizás porque intereses económicos mantienen este avance fundamental en posición de no avanzar.
Apel, casi con desesperación, o especialistas importantes que podrían aportar lo suyo.
Me he cansado de decir: Hagámoslo ahora, mañana será tarde.
¿Hemos llegado a ese mañana?
Rodolfo Leiro, desde su pupitre de humilde poeta, ruega a sus amigos la gentileza de reexpedir este mensaje.
Desde la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, un 12 de diciembre del año 2010.
No lo ignoraba, pero acaso, la noticia aparecida en el diario “Clarín” del día de la fecha, vulnera mi pecho de poeta, me dice con elocuencia indiscutible que han sido nulos todos los artículos de un pequeño poeta desde 1992 a la fecha, es decir, desde la Cumbre de Río y que el panorama futuro, especialmente para Argentina, asume proporciones que superan lo que podría denominarse honda preocupación.
Nuestro glaciar “Ameghino” se ha reducido en 35 metros en los últimos 10 años.
Si comparamos la fotografía tomada sobre el mismo glaciar en 1931, se advierte claramente que hemos perdido ya la escalofriante cifra de 3 kilómetros.
Ya no alcanzo a estimar si estamos en condiciones de revertir el aumento de la temperatura, pero ARGENTINA, por la reserva de agua potable, debería tomar, ¡ya!, considerando que las grandes potencias solo se ocupan del petróleo, el oro negro que serán monedas para hoy y desastre incontrolable para el mañana, las medidas indispensables más urgentes.
Este poeta, quizás de casi fundamental ignorancia, carece de vocablos tecnológicos no solo para alertar sino para exigir.
No obstante, hay algunas medidas que serían indispensables, especialmente en Argentina y en todo el mundo, en el sentido de ponerse a trabajar sin dilaciones en diversos aspectos que pueden al menos atenuar los avances de la temperatura del medio ambiente.
En el concepto de este poeta que ya transitando el año 90 de su suerte, mantiene no obstante su devoción, su cariño por nuestra Pachamama, podrían adoptarse, ¡sin dilaciones!, fuera de otros medidas que conocerán los grandes estudiosos en la materia, algunas que consigno a continuación como principio himental para la defensa del Planeta:
• Reforestación. Por cada árbol que se arranque deben plantarse dos.
• Utilización de paneles solares para generar energía, fácilmente alcanzables, si consideramos los adelantos de Alemania en tal sentido.
• Implementación rápida de la energía eólica, absolutamente alcanzable. Algunos pequeños pueblos de Argentina lo han intentado con éxito realmente sugestivo, aunque no se da a conocer con la imperiosa necesidad de hacerlo que tenemos.
• La producción en masa del gasoil vegetal, que, desde su elaboración en argentina, ha quedado una pequeña fabriquita, quizás porque intereses económicos mantienen este avance fundamental en posición de no avanzar.
Apel, casi con desesperación, o especialistas importantes que podrían aportar lo suyo.
Me he cansado de decir: Hagámoslo ahora, mañana será tarde.
¿Hemos llegado a ese mañana?
Rodolfo Leiro, desde su pupitre de humilde poeta, ruega a sus amigos la gentileza de reexpedir este mensaje.
Desde la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, un 12 de diciembre del año 2010.
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